lunes, 18 de julio de 2011

MELENA

Pablo Albo y Riki Blanco. Factoría K de libros.
 
 
 
 
 
 
He tenido que cortarme el pelo.
Ha sido una experiencia nueva para mí.
Algunas personas me decían que me había crecido demasiado.
Mi madre, sobretodo.
Pero no ha sido por eso.
 
 
A mí me gustaba que mi melena fuera grande como un enorme ovillo de lana.
Parecía una ballena de pelo encima de mí.
Era tan alta que rozaba los balcones del segundo piso.
Los vecinos del quinto siempre se quejaban porque las jirafas se les comían los geranios.
Pero algo tenían que comer, las pobres.
 
 
 
Mariola, estaba una tarde comiendo dátiles y se sorprendió de que me saliera del pelo una bandada de murciélagos.
Se puso muy pesada y tuve que dejarle entrar un rato. Con lo que yo no contaba es con que luego no quisiera salir. Por un tiempo llevé a Mariola en la cabeza todo el rato.
No me importó. Ya me pasaba antes.
 
 
Pero ya digo que al final tuve que cortarme el pelo.

Y no fue por el ruido,
ni por el peso de tantos pasajeros en mi cabeza,
ni porque mi madre me diera la lata:
“Córtate el pelo”
“A ver cuándo te cortas el pelo”
"Vaya pelucón que llevas”
ni por lo que me costaba entrar en el cine...
 




Fue por algo que me dijo Mariola...
 
 
 
 

Éste es un álbum ilustrado absolutamente delicioso, de esos que gusta leer aunque hayas cumplido los seis años hace tiempo.

Gracioso, original, divertido, y que talmente hubiera podido salir de la imaginación de cualquier niño.

Hacer de la melena una caja de sorpresas, un microhábitat, una selva, me ha parecido una idea genial. Aunque todos sabemos, sobre todo, los que trabajamos en colegios, que no es algo tan extraño, ¡eh!.
 


“Melena” es la historia surrealista de una niña muy especial que guarda muchas cosas entre la enorme mata de pelo de su cabeza: selvas fascinantes, animales extraordinarios, criaturas nunca vistas... y algún que otro intruso diminuto. Afortunadamente, las tijeras del peluquero le privan de semejante maraña de mechones, no de su desbordante fantasía, ni tampoco de sentimientos que conectan su mente y su corazón.
 
Las ilustraciones convierten la melena de la protagonista en el eje simbólico del relato visual. Elaboradas con técnica mixta y altas dosis de originalidad, combinan fromas y colores, jugando con metáforas y elementos retóricos. En conjunto, texto e imagen reivindican el derecho a imaginar y soñar realidades que enriquecen nuestra vida.
 





 



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