Por Rosa Navarro Durán con ilustraciones de Francesc Rovira.
Ayer a última hora, antes de acostarse, Beltrán se acordó de que en clase estaban estudiando "las cosas que había escrito un tal Juan Ramón Jiménez, sus poesías y sus libros y eso".
No hay problema, le dije, a ti que tanto te gustan los burros (aún duerme muchas noches con un burrito de peluche, que por asociación de algo que había oído, decidió llamar Plateado), te gustará porque escribió un libro con uno de protagonita, Platero y yo.
Y me dispuse a buscarlo, primero en mi memoria, pero no fui capaz de recordar en qué edición o en qué libro lo tenía, y no lo encontré. Después me puse a ello directamente, a rebuscar entre mi "biblioteca", y tampoco lo encontré. Busqué y busqué pero no lo encontré, porque simplemente no lo tengo...
Y aunque recuerdo perfectamente haberlo leído, el libro no apareció por ningún lado, así que o lo perdí, o alguien me lo prestó en su momento, o lo saqué de alguna biblioteca.
Así que esta mañana, aprovechando que tenía que hacer unas gestiones por el centro, me he acercado a Callao, a La Central, y esto ha sido lo que me ha parecido que le podía resultar más adecuado y atractivo para sus ocho años. La verdad es que en ese momento, para adquirirlo de inmediato no tenían otra cosa, aunque creo que la decisión no ha sido desacertada.
Cuando volvía en el tren, he leído algunos capítulos y está bien hecha la adaptación, aunque me ha sabido a poco, así que me acercaré a mi librería habitual, Troa, y compraré el original para disfrutarlo como "Dios manda".
Me ocurrió lo mismo hace poco con las Rimas y leyendas de Bécquer, eso sí, tengo un par de adaptaciones, una de cuando yo era niña, y otra que compré el curso pasado para Beltrán, así que serán dos los que compraré.
Me ha dado "cosa" darme cuenta de que no tenía esos dos libros, así que hay que ponerle pronto remedio.
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