Patatita, un niño gitano, su perro Caldero quieren conocer aquel pueblo. Por las calles hay muchas casetas de tiro al blanco, gigantes y cabezudos, caballitos de tiovivo... Y ¡qué pasteles! Patatita se queda mirándolos y, de pronto, se da cuenta de que Caldero ha desaparecido.
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