En este libro, la imaginación de Julio Verne concibe el entretenimiento de los miembros del Gun Club, una de tantas agrupaciones norteamericanas que tanto llaman su atención, como una aventura espacial, casi por accidente. De esta forma, convierte una idea de su presidente Barbicane, fruto del ocio que la ausencia de conflictos bélicos provoca en los miembros de este club de artilleros, en un reto al que, hasta la fecha, nadie se había preocupado de dar una base científica: enviar al hombre a la Luna.
Aunque pueda parecer que Verne aprovecha este argumento en el contexto del desarrollo industrial y tecnológico de su época, lo cierto es que utilizando un tono más parecido a una comedia o un vodevil que se representa en público, propone a través de los personajes un proyecto que parece factible. De esta forma, desde el desarrollo de la simple idea original de enviar un proyectil macizo, cuyas dificultades van resolviendo eficazmente los distintos miembros del Gun Club, hasta la aparición de Michel Ardan para convencerles del viaje tripulado, el autor se va granjeando el interés de los lectores con un texto fácil, que llega a provocar la risa, sin que se deje de creer en el objetivo de la historia. Hasta tal punto alcanza este objetivo que en la redacción del Journal se llegaron a recibir propuestas para formar parte de la tripulación, suscripciones económicas al proyecto y otras iniciativas de los lectores, lo que demuestra el impacto que pudo causar en aquella época, llegando a hacer creer, en algunos casos, que se trataba de una historia real.
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