Pues bien contenta que me he puesto cuando he descubierto esta mañana, en un ambiente nada propicio (así que nunca hay que dar nada por sentado) que tenemos nuevo Pomelo. Además tiene una pintaza estupenda:
No es la primera vez que Pomelo, el pequeño elefantito, quiere investigar qué hay en el mundo más allá de su huerto conocido y vivir una gran aventura. Ya lo intentó en Pomelo al otro lado del huerto y Pomelo viaja, libros en los que Pomelo emprende viaje hacia lo misterioso y sorprendente. Solo que esta Gran Aventura es la más colosal, la más difícil, la más filosófica. Pomelo hace su equipaje –en el cual no se olvida de meter un buen libro y su valor- y se marcha con el corazón puro hacia lo desconocido. Sufre algunos inconvenientes, se desconcierta, tiene ganas de llorar, de “mamáypapá”, pero también obtiene algunas respuestas, escucha nuevas palabras, se abre a lo imprevisto, a lo luminoso, a lo intangible. A estas alturas sobra presentar al elefantito Pomelo, un personaje adorable por su aspecto y sus reflexiones. Sus autores, Ramona Bàdescu y Benjamin Chaud, deleitan una vez más a todos los fans –niños y adultos–con esta historia: una aventura en Pomelorama. Más inteligente y más tierno si cabe, presentimos que Pomelo no será el mismo después de esta Gran Aventura. ¡Será mejor!
Recuerdo perfectamente el día que descubrí los Pomelos, fue en La Central del Reina Sofía, sin leerlo, ya me llamó la atención aquel elefantito rosa y su larga trompa. Y acerté, nos encandilaron, a mí, a Beltrán y a todo el mundo que conozco y los ha leído y disfrutado. Ya he hablado muchas veces de estos libros, pero es que no me caso de decir que son inteligentes, agradecidos, para todas las edades, sorprendentes, divertidos, una prueba de que hay lujos que están al alcance de todos.
A ver si "rapiño" de aquí y allí y me traigo el nuevo para casa, mientras tanto, me conformo con lo que puedo ver por la red.
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