Cuando Julia y Trompo están con el abuelo ocurren cosas increíbles. Las sillas crecen; los ahogados viven felices en el fondo del mar; para zambullirse en un cuadro basa ponerse aletas y gafas de bucear; y hasta una simple botella flotando en el estanque de un parque puede ser el comienzo de una apasionante correspondencia con un náufrago... Y es que los tres simpáticos protagonistas ¡tienen la cabeza a pájaros".
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