Como he sido buena, y hoy he acabado el cole con buenas notas, me he regalado otra Caperucita.
En La niña de rojo, el gran Roberto Innocenti nos presenta una versión actual del cuento clásico: la abuela enferma, el bosque oscuro, el lobo malvado y la niña con abrigo rojo.
Las ilustraciones de Innocenti, precisas hasta el detalle muestran la ciudad como un territorio salvaje y nos adentran en la "selva", un lugar repleto de color y de vida.
Por su parte, el texto de Aaron Frisch narra el viaje accidentado de Sofía en un día de tormenta.En esta adaptación del clásico, los caminos solitarios nunca son realmente solitarios, y el final del cuento no tiene por qué ser el que nos acaba de contar... porque, a veces, las estrellas brillan más cuando más oscura es la noche.
Y bueno...
No es la que más me gusta, la verdad, en cuanto a las ilustraciones, nada que objetar, minuciosas, detallistas y realistas, para perderse buscando detalles.
El planteamiento me parece bueno, el desarrollo no está mal, pero el final, no sé... Dos finales, uno bueno y otro que no entiendo. Vamos, que sí lo entiendo pero no acabo de comprender a qué viene, no comprendo ese tufillo a catastrofismo amarillista. No estoy de acuerdo con la idioticia que a veces se presupone inherente a los niños, pero tampoco con este tipo realismo-denuncia social que no me cuadra en un cuento dirigido a los niños.
No sé, volveré a leerlo más despacio.
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