Ayer estuve en la Casa del Libro para que mi mejor amigo eligiese un libro que
le quería regalar, y claro, ahí estaba esta joyita ilustrada por Pablo
Auladell...
Rasmus es un niño de nueve
años que vive en el orfanato de Västerhaga, con la esperanza de encontrar unos
padres que le quieran. Como piensa que siempre adoptan a niñas con el pelo
rizado y él tiene el pelo lacio, un día decide que será él el que busque los
padres ideales. En su primera noche de soledad empiezan los problemas, pero
conocerá a Óscar el vagabundo, un personaje muy especial que le ayudará en su
búsqueda, hasta que encuentra a la familia deseada. Es un final feliz… ¿o no
será ese el final?
Astrid Lindgren recibió en 1958 el premio Hans Christian Andersen tras la publicación de esta obra y en reconocimiento a su trayectoria literaria. En ella recrea aventuras llenas de imaginación y ternura, donde los protagonistas tendrán que poner a prueba su valentía y sentido de la justicia y donde la amistad vence incluso en los momentos difíciles. La ilustración, delicada y expresiva, recoge en los ojos del protagonista todo un mundo de sueños y anhelos infantiles con los que se identificarán tanto niños como adultos.
Rasmus estaba en lo alto del tilo, sentado en su rama favorita, pensando en todo lo que no debiera existir en el mundo. ¡Lo primero, las patatas! Aunque hay que reconocer que, bien guisadas y con una buena salsa, no están mal para cenar los domingos. Lo malo es que crecen por todas partes, por lo cual hay que escardar las plantas y cubrirlas con tierra ¡Una auténtica bendición de Dios!
Astrid Lindgren recibió en 1958 el premio Hans Christian Andersen tras la publicación de esta obra y en reconocimiento a su trayectoria literaria. En ella recrea aventuras llenas de imaginación y ternura, donde los protagonistas tendrán que poner a prueba su valentía y sentido de la justicia y donde la amistad vence incluso en los momentos difíciles. La ilustración, delicada y expresiva, recoge en los ojos del protagonista todo un mundo de sueños y anhelos infantiles con los que se identificarán tanto niños como adultos.
Rasmus estaba en lo alto del tilo, sentado en su rama favorita, pensando en todo lo que no debiera existir en el mundo. ¡Lo primero, las patatas! Aunque hay que reconocer que, bien guisadas y con una buena salsa, no están mal para cenar los domingos. Lo malo es que crecen por todas partes, por lo cual hay que escardar las plantas y cubrirlas con tierra ¡Una auténtica bendición de Dios!
No hay comentarios:
Publicar un comentario