Artagnan es un joven gascón que se dirige a París en busca de fortuna. Es portador de una carta de recomendación escrita por su padre para el señor de Treville, capitán del Cuerpo de Mosqueteros del rey y personaje influyente en la Corte.
En la primera posada ante la que se apea de su deslucido caballo tiene la desgracia de hallar a cierto caballero a quien el pobre jamelgo inspira algún comentario jocoso. Artagnan se enfurece -es de genio vivo-, y no duda en reprender al desconocido, que no está solo. La discusión degenera el altercado; salen a relucir palos, tenazas, sartenes y Artagnan sale mal parado y por su fuera poco, le roban la carta. Las cosas no pueden empezar peor para él.
Una vez en París, no tardará en conocer a los tres mosqueteros más famosos del rey: el inteligente Athos, el gigantesco Portos y el afable Aramis. En seguida se hace amigo de ellos. Athos, Portos y Aramis, son sus amigos además de sus compañeros de aventuras. Cuatro inseparables que, en un momento dado, pronuncian la famosa frase que sella su amistad: "Todos para uno, y uno para todos!".
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