Quique tiene diez años y un puñado de miedos divertidos y miedos de verdad, de esos que son "como una bola que crece y aprieta dentro el pecho y en la garganta". Pero el miedo no le impide pasar unas vacaciones estupendas y portarse como un héroes en una casa rodeada de huertas y encinares.
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