Bruno Morani y Enrica Agostinelli. Anaya.
Una vez, el lobo se comió a Caperucita Roja, pero en otra ocasión se quedó con las ganas, igual que el libro negro de Caperucita Verde, el lobo que persigue en su coche a Caperucita Amarilla y el lobo marino de Caperucita Azul, que nada consiguen con esas niñas espabiladas que cuentan con tan buenos amigos. Y el lobo de Caperucita Blanca, como tiene tantas dificultades...
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